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Frente a la Crisis del COVID-19: Agroecología y Soberanía Alimentaria -> Comunicado de Agroecology Europe Youth Network

Las personas que integramos Agroecology Europe Youth Network (AEEUYN), finalizamos recientemente el informe titulado “Mapping Agroecology in Europe”, una amplia […]


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Las personas que integramos Agroecology Europe Youth Network (AEEUYN), finalizamos recientemente el informe titulado “Mapping Agroecology in Europe”, una amplia investigacióndel actual estado de desarrollo de la agroecología en 12 países europeos, que esperamos poder publicar próximamente para compartir los resultados de nuestro informe con todas las personas y organizaciones interesadas. Este trabajo nos ha permitido comprobar la existencia de numerosas iniciativas agroecológicas en nuestro territorio de estudio. Tantas, que resultaría imposible incluirlas todas en el informe.

Estas iniciativas llevan décadas desarrollándose en múltiples ámbitos, como la investigación académica, la formación y la educación, las políticas públicas, o la producción, la comercialización y el consumo alimentario. Y paso a paso han recorrido un largo y difícil camino, construyendo un movimiento social, generando un tejido socioeconómico, político y cultural muy heterogéneo y diverso, que conforma una red de organizaciones, colectivos, entidades y personas interconectadas y fuertemente comprometidas con un único objetivo: transformar el sistema agroalimentario global mediante un cambio de paradigma, y construir una alternativa más sostenible desde una perspectiva social, económica y medioambiental.

La crisis sanitaria mundial actual, ocasionada por la rápida expansión del virus Covid-19, ha generado una reacción unánime en los órganos de decisión política de todo el territorio de la UE, adoptando medidas de distanciamiento social para evitar -o ralentizar-, en la medida de lo posible, la propagación de este virus. Las consecuencias de estas medidas se están haciendo notar en numerosos ámbitos (salud, educación, economía, etc.) y, aunque consideran la producción y distribución alimentaria como un sector estratégico que se debe mantener al margen de las restricciones de actividad y movimiento, numerosas organizaciones agrarias están pronunciándose públicamente sobre el sesgo discriminatorio con que se aplican estas medidas la mayor parte de las veces, perjudicando especialmente a la producción campesina familiar, agroecológica, y/o de pequeña y mediana escala en favor de la producción de la industria agroalimentaria (1). Además, tal y como sugiere la Carta Conjunta: “Measures to support farmers in the face of the covid-19 pandemic”, las exenciones temporales para cumplir con los requisitos medioambientales y el aumento en la flexibilización para la implementación de ayudas voluntarias acopladas de la PAC, motivadas por la pandemia, podrían agravar la crisis de biodiversidad y el cambio climático (2).

Un buen número de expertos relacionan la emergencia actual con la destrucción o la pérdida global de hábitats y biodiversidad (3), así como con la expansión de la agricultura y la ganadería industrial (4). Y algunas organizaciones internacionales de prestigio, defienden la agroecología como la mejor forma de garantizar el Derecho a una Alimentación y Nutrición Adecuadas y Saludables (5) (especialmente para la población más vulnerable), o como el mejor modo de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible que conforman la Agenda 20306. Además, la FAO viene pronunciándose desde hace tiempo también en favor de la agroecología, explicando los numerosos beneficios que aporta a la salud, la economía local y el medioambiente, y defendiendo la idea de que la transición hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles no sólo es deseable, sino necesaria (7).

Aun así, parece evidente que prevalece una perspectiva por la que las autoridades competentes no están tomando en consideración las necesidades específicas de este modelo de producción alimentaria, o los derechos humanos de las productoras y consumidoras (8), porque muchos de los canales cortos de comercialización que venían siendo habituales para las producciones de pequeña y mediana escala (Mercados de venta directa, grupos y cooperativas de consumo o ASC, comedores públicos y privados, etc.), han sido limitados o interrumpidos sin ofrecerles una alternativa viable. Además, en algunos países como España e Italia, estas medidas también están ocasionando impedimentos para la producción agraria de autoconsumo, tanto en el medio rural, como en el urbano9, mientras en Austria, tienen dificultades para la venta de plantón o algunos productos procesados de panadería y carnicería que antes servían a los comedores de las escuelas o a los restaurantes. En Francia, el campesinado tiene problemas para dar salida a las cosechas de productos frescos como las frutas y los vegetales. Incluso en Suecia, donde no se han aplicado prácticamente restricciones, el consumo en general parece haber disminuido. Por otro lado, el cierre de las fronteras está afectando a una buena parte del Sector Primario europeo, que habitualmente ocupa -y abusa de- una gran cantidad de mano de obra extranjera. En resumen, además de restringir la producción y los mercados locales, estas políticas olvidan la vulnerabilidad que enfrentan numerosos campesinos sin tierra y jornaleros, que trabajan para la agroindustria en pésimas condiciones y con grave riesgo para su salud, y está afectando al tejido socioeconómico de las áreas rurales.

De todos modos, en algunos países o regiones, la crisis del COVID-19 está produciendo un aumento del interés por consumir productos agroecológicos, ya que cada vez más gente quiere ser menos dependiente de los supermercados y las grandes cadenas alimentarias y/o quieren apoyar al comercio local para ayudar al territorio a superar esta crisis. En este contexto, la agroecología tiene un importante potencial para la generación de riqueza y desarrollo endógeno.

Por otro lado, debemos reconocer y celebrar aquellos casos particulares, en que las administraciones públicas locales, o superiores, han sido capaces de mostrar una especial sensibilidad hacia las necesidades de la producción agroecológica, tomando medidas para ayudar a garantizar la soberanía alimentaria de sus territorios. No obstante, esto no es suficiente, y nos vemos en la necesidad de pronunciarnos públicamente para exigir un cambio drástico en la orientación de las estrategias adoptadas por los gobiernos europeos, para advertir del riesgo que supone esta situación para la supervivencia del campesinado europeo.

Queremos mostrar desde aquí nuestro apoyo a las demandas expresadas en el comunicado de prensa emitido por la Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC) (10), así como las de todas las organizaciones que están reivindicando la necesidad de aplicar los principios de la Soberanía Alimentaria, y de promover el modelo de producción agroecológica para impulsar y fortalecer sistemas agroalimentarios más justos, resilientes, sostenibles y territorializados.

Esta pandemia global está provocando una crisis sistémica y una tragedia humanitaria sin precedentes. Los principios egoístas en los que se fundamenta nuestra civilización ya no son válidos, la competitividad no funciona. El miedo y la incertidumbre que enfrentamos suponen un enorme desafío, porque cuestionan desde la raíz todo nuestro sistema de valores, e invierten el orden de nuestras prioridades poniendo en el centro la necesidad de proteger la vida.

Necesitamos ser más conscientes que nunca de nuestra vulnerabilidad, nuestra interdependencia y nuestra ecodependencia. Porque nadie puede salvarse solo, ni los individuos, ni las naciones. Porque pretenderlo, sólo causará más sufrimiento y dolor por todas partes.

Por todo esto, desde AEEUYN, demandamos a nuestras autoridades y nuestros gobiernos que asuman con valor y con determinación la gran responsabilidad que les corresponde, para que escuchen, valoren y mediten atentamente, antes de tomar decisiones en un momento tan crítico. No podemos seguir olvidando a los olvidados, no podemos solucionar el problema aumentando las desigualdades. Debemos proteger y garantizar, de una vez por todas, los Derechos Campesinos y de las otras personas que trabajan en el medio rural, tal y como fueron reconocidos en la Declaración de las Naciones Unidas, aprobada en 2018 (UNDROP) (11).

Entre las tareas más urgentes, debemos reconducir nuestras políticas agrarias para restaurar los canales de comercialización de proximidad y venta directa, asegurar precios justos para las productoras y las consumidoras, facilitar el acceso a los medios de producción, poner freno al acaparamiento de tierras y la especulación con los alimentos, cancelar los tratados de libre comercio, e impedir la apropiación de semillas y conocimientos.

Ahora es el momento, mañana será tarde. Nuestro sistema alimentario es una pieza básica y central para la supervivencia de toda la humanidad. Protejamos por todos los medios la salud de las campesinas que nos alimentan, apoyemos el cuidado de la biodiversidad y de los agroecosistemas, y apostemos definitivamente por el desarrollo de la agroecología y la Soberanía Alimentaria.

Como lectura complementaria, quisiéramos destacar las palabras pronunciadas por el jefe de economía de la FAO Máximo Torero Cullen, cuando recientemente respondía a la pregunta:

¿Qué tiene que decir sobre los pequeños productores?

“Una paradoja del hambre mundial es que, a pesar de su actividad, los pequeños agricultores en las zonas rurales de los países en desarrollo corren un riesgo desproporcionado de inseguridad alimentaria, y los bajos ingresos son una razón importante para ello. Sería trágico si ese problema se exacerbara y se redujera su capacidad para producir alimentos, en un momento en que intentamos asegurarnos de que el suministro de alimentos siga siendo adecuado para todos. Por lo tanto, los responsables políticos deben prestarles atención. Lo que sabemos, y lo vimos durante los bloqueos en África occidental durante la crisis del ébola, es que la restricción de movimientos y el cierre de carreteras limitan el acceso de los agricultores a los mercados para comprar insumos y vender productos. También reducen la disponibilidad de mano de obra en las temporadas altas.

El resultado es que los productos frescos pueden acumularse sin venderse, lo que lleva a la pérdida de alimentos, mientras que los que los cultivan pierden ingresos. Este es un tema doblemente relevante para África, donde el suministro de alimentos del continente ya está amenazado por las plagas de la langosta del desierto. Otro punto aquí es que lo que hemos visto hasta ahora es una serie de compras excepcionales de alimentos no perecederos. En Italia, la demanda de harina se ha disparado en un 80 por ciento. Los productos enlatados están de moda. Sin embargo, debido a la psicología y las restricciones de movimiento, ha resultado más difícil vender productos frescos y pescado, los cuales son más difíciles de almacenar para el consumo futuro. Entonces, ¿lo que hay que hacer?, las entregas temporales de efectivo para los agricultores pobres son esenciales, así como las subvenciones para reiniciar la producción. Los bancos pueden eximir las tarifas de los préstamos de los agricultores y extender los plazos de pago; se puede inyectar capital en el sector agrícola para ayudar a las pequeñas y medianas empresas agrícolas, y su fuerza laboral, a mantenerse a flote.

Durante la emergencia, los gobiernos pueden comprar productos agrícolas de pequeños agricultores para establecer reservas estratégicas de emergencia con fines humanitarios. El cierre de China alrededor de la ciudad de Wuhan ofrece algunas lecciones. La Canasta de Verduras, concebida en 1988, fue revivida, permitiendo el acceso a productos frescos y nutritivos a los residentes urbanos y beneficiando a las granjas periurbanas en los alrededores. En algunas provincias, los gobiernos locales respondieron a los cuellos de botella en los mataderos centralizando la actividad y pagando los costos de refrigeración para mantener las actividades ganaderas en funcionamiento y recurriendo a ellas para obtener el objetivo final de asegurarse de que haya alimentos disponibles para aquellos que no pueden abandonar sus hogares".

 


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1 https://www.eurovia.org/es/covid-19-ultima-informacion-y-actualizaciones/

2 https://www.ifoam-eu.org/en/news/2020/04/01/joint-letter-measures-support-farmers-face-covid- 19-pandemic

3https://www.nytimes.com/2012/07/15/sunday-review/the-ecology-of-disease.html

4 https://www.grain.org/es/article/6438-nuevas-investigaciones-sugieren-que-las-granjas-industriales-y- no-los-mercados-de-productos-frescos-podrian-ser-el-origen-del-covid-19 https://www.marx21.de/coronavirus-gefahren-ursachen-loesungen/

5 https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/healthy-diet https://www.escr-net.org/es/recursos/observacion-general-no-12-derecho-una-alimentacion- adecuada-articulo-11

https://www.escr-net.org/es/derechos/alimentacion http://www.fao.org/fileadmin/templates/cfs/HLPE/reports/HLPE_Report_14_ES.pdf

6 https://www.aecid.es/Centro- Documentacion/Documentos/Publicaciones%20AECID/AECID_Agroecologia.pdf

7 http://www.fao.org/3/i9037es/I9037ES.pdf

“La agroecología es un enfoque integrado que aplica simultáneamente conceptos y principios ecológicosy sociales al diseño y la gestión de los sistemas alimentarios y agrícolas. Su objetivo es optimizar las interacciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente, teniendo en cuenta, al mismo tiempo, los aspectos sociales que deben abordarse para lograr un sistema alimentariojusto y sostenible.”

8 https://www.righttofoodandnutrition.org/call-members-global-network-right-food-and-nutrition- context-covid-19-crisis

9 https://agronotizie.imagelinenetwork.com/agricoltura-economia-politica/2020/03/31/coltivazione-di- orti-e-vendita-di-piante-e-sementi-tutti-i-divieti-regione-per-regione/66352 https://www.publico.es/sociedad/covid-19-espana-rural-huerta-mercados-internet-pandemia-golpea- espana-vacia.html https://www.soberaniaalimentaria.info/otros-documentos/luchas/722-produccioncampesina

10 https://www.eurovia.org/es/aqui-estamos-el-valor-de-la-agricultura-campesina-en-el-contexto-de-la- covid-19/

11 https://viacampesina.org/en/united-nations-declaration-on-the-rights-of-peasants-and-other-people- working-in-rural-areas/

La entrevista completa está disponible en:

http://www.fao.org/news/story/en/item/1268059/icode/


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